La dicha del desprecio (una segunda oportunidad)
El corset que debía usar no le gustaba en absoluto, pero sabía que su hermano se
mo se comprimía todo su abdomen, recordándole que includo su respiración era limitada por las exigencias de Robert. Al terminar de colocarse el corset, la sirvienta le ayudó con su vestido para terminar de prepararse. Mi
mente abandonado. Robert había vendido cada uno de ellos, por el contrario de su padre y Dianna, él no sentía ni el más mínimo aprecio por aquellos animales. Tomando
, le dio como obsequio su pequeña
establos abandonados. Aún desolados traían a su mente los miles de momentos que vivió junto a su padre. Desde que muy pequeña, él le enseñó a cabalgar, pero aquellas clases no se limitaban a la mane
e formaba un vínculo, de modo que se de
l caballo comunicarse con su jinete y viceversa. Su padre le decía que el caballo era quien marcaba el ritmo del gal
o jamás había tenido uno que fuera completamente suyo, hasta su cumple
orita le causaba un gran entusiasmo. En aquella ocasión el señor harrison no pudo esperar a que su pequeña niña se preparara, justo después de despertarla, la cargó en su espalda, dirigiéndose al establo, aunque Diana imaginaba que cabalgarían, no esperaba la gran sorp
las puertas del corral. Diana no quiso esperar, lo montó inmediatamente, y con cada paso que daba en dirección al caballo la confianza entre ambos crecía. Con el paso del tiempo y con la guía de su padre, ella logró formar aquel vínculo que tanto anheló tener, Pepper, no solo era un caballo. Ambos se entendía perfectamente, no era nec
juntos cabalgando por todo Farenhall, que en aquel momento era su hogar y aunque de aquella bella época
alir de sus recuerdos. La puerta se abri
su hermana, Lauren, e
ti para ir juntas al
muy afortunada-
? -preguntó Lauren, levantando li
con frialdad, mientr
Diana y puso la m
? -pregu
, estoy bien -dijo Dian
a no muy convencid
ar esperándonos -dijo Diana tratand
zó con el suyo, para obligarla a camina
no deseaba tener
ermanos ya estaban sentados en la mesa
nquilidad en el ambiente, se notó la
jará a comer? -
uy cansado -d
¿De qué? -pr
aba, así que no comiencen a interroga
mamá -interv
r, hace una respectiva reverencia y le e
ora Ha
xclamó Diana
iba a hacer -re
arta y comienza a leer. Diana está impac
segura de querer conocer
mos mañana en Rowelldon, nos invita a
dos meses desde la última vez que vió a su amado Thomas, la ause
los Lennox? -preguntó Laur
es que el señor, Antoine Lennox, no a
? -preguntó La
ntoine? -preguntó Fran
Harrison disgustada. -Debes
Frances resignada
bencia -Le respond
muy agradable
con él! -exclamó
me! -contrarresta Frances.
usta ¿verdad? -interviene Dia
que me gusta! -
a, no puede creer lo que
es muy divertido -aprovechó James, el h
os lo aman... -dijo
l, no como tú -le recrimina su madre -. La mancha en
oco de sentido común, le incomod
erá tu esposo y le debe
e simplemente sería de ese modo, le gusta
nvivieron con Antoine? -pre
nos invitó a Kellynham el hogar del
ustedes? -pregunt
z tuviera que viajar hasta allá, como sabes para obert las clases par
n no nos dijiste que irían al
preguntó Odette -Hasta donde te
importa -dijo
de visitar a los Lennox. El contenido de la carta explicaba que llegaría un
e su padre, ella le guardaba un gran afecto, pero lo que realmente le entu
tre los muchos libros que no le despertaban interés, encontró uno de poesía, este contenía varios de los sonetos que Thom
o por lo que sus hijos también lo eran, de modo que los emparejaron tomando en cuenta la edad, cada hombre se casaría con la mujer que más se acercara a su edad. Antoine, era el mayor de todos, así que se casaría con la hija mayor del
luego se retiraba, por lo que él y Lauren no solían conversar, se limitaban a saludarse. Por su parte Robert y Charity simplemente se resignaron a acept
prometida, hizo que entre amos naciera un genuino amor. De niños no eran muy cercanos, pero cuando ocurrió la tragedia, Thomas, se portó
mbos, le confesó su más grande sueño, tener una esposa que lo amara con toda el alma, tener hijos con ella y poder formar una hermosa familia. Despertar a su lado, viendo su rostro por la mañana, llevarla de la mano, pr
a en su mente. Cada uno de esos hermosos paseos por los jardines de Rowelldon, devolvían la fe a su corazón, al casarse p
trando a la habitación con los ojos llenos de ojeras, despeinado, desaliñado y sin calzado, ignora la presencia de su h
ración que jamás había visto en su
stás bien? -p
hermano con firmeza,
yudarte...
, la saca de la habitación y cierras las puertas. Diana conocía el desprecio que su hermano le tenía. No era la primera vez que le hacía algo como eso, ya varia
ido, decide bajar al salón
e sus pies no la hagan tropezar, mientras la otra mano sostiene el barandal para darse soporte. Al llegar al final de la esc
clamó Diana
a? -preguntó su madre pr
estaba leyendo y se veía muy mal, jamá
ment
cuestionó su m
rostro, lleno de desesperación, preoc
on insi
, viendo por la ventana, co
le si algo suce
ado, si esa preocupación viene con fu
adre justi
o se veía muy mal, algo a
e mucho tiempo, lo que haya hecho alg
os suceda -dijo su mad
am
mpió su madre -te
ó Diana -¿Cuándo entenderás que pret
eali
o a Robert, pero estaba furiosa por la
ecesitaba decirle lo que pensaba, ya qu
ntar
la que se había dirigido a Odette, pero a pesar de sentir la necesidad
dole vueltas en la cabeza, se lo impedía, así que decidió pasear por el jardín. Su hermana, Lauren, a pesar de ser con
ue no comprendía, siendo estafado por su limitado conocimiento de las inver
a cosa sin importancia, esta vez algo gr
l motivo por el cuál Robert parecía tan
metido algo a alguna mujer?, ¿tendrá
endo los papeles que llevaba en la mano,
. Sus inversiones se han perdido, las pr
artara como dote para sus herma
suenan en
lamó Odette
-contestó Robert, tra
que te sucedió al
ra de él con fuerza. Terminado el berrinche, se levanta de su asiento y se dirige a la puerta, le quita el seguro
a Odette sorprendida p
ados... -dijo
lamó su madre
esponde Robert mientras esc
. No puedes reaccionar con tanta ind
Robert -. Perdí casi todo mi dinero,
os cuat
ue Odette -. Entonces aun queda la d
ah
-confesó Robert -. Y tampoco
e al borde del llanto
era necesario -
e todos! -reclamó Odette con la voz e
o que dejó
ré... -aseg
¿crees poder resolver esto? -pregunt
salían de
á -Aunque esas eran sus intenciones,
asiado dinero el
tte -Siempre haces lo mismo, te mete
ra buscar
ulpa -dijo Robert -. Así qu
osa -¿¡No lo entiendes!?, eres un Har
na
entras se acariciaba la
iguió Odette -. Aún quitándole el su
a gravedad d
an madre... -dijo Robert
? -preguntó su ma
reclamó Robert -. Tu pudiste haber clamado la herencia y hacerte cargo del
rd
finanzas de la familia, pero los niños eran muy pequeños cuando George falleció y creyó que lo mejor era concentrar su atención en ellos, pero ahora se había d
e le exigió las cosas en su hogar de cierto modo, por lo que Odette se encargaba de que cada una de sus exigencias se cumpliera al pie de la letra. Lo atendí
odas las finanzas, mientras ella se encargaba de compensar la ausencia de su marido, sobreprotegien
a de humor para hablar con nadie, tanto era su dolor que había olvi
auren mientras se
s -dijo Odette -.
, por favor -i
? -preguntó O
ión -dijo Lauren mientr
acciones cuando ya no había vuelta atrás, pero aun siendo así, nunca solía estresarse como tal, solo conversaba con el señor Lennox y este interced
n, el cielo ya se había oscurecido por lo que decidió entrar finalmente en la ca
dvert
incumbencia, pero su madre lleva un gra
ue le estaba gritando -le com
iguió Diana -No es
Lauren, tocó dos veces la puerta, abrió y se topó con una horrible escena. Lauren estaba sentada en la cama con la cara escondida entre s
ó? -pregu
a ignora p
no sea así -dijo la señora H
l rostro y la abofeteó con toda su fuerza. Terminada aquella acción salío de la habitación. Diana camina con r
-exigió Diana -¿tie
ntre su llanto, mientra
ndo, ¿Qué sucedió?
o quiero estar sol
o de una hora, Lauren estaba dormida, pero Diana seguía acariciando su cabello castaño oscuro, largo y lacio. Pero verl
completo lo que l
ana. Para ir a conversar con su madre,
era en el comedor,
pondió Dianna, con
n, pero Diana intervino diciéndole que ella descansaba y lo mejor era
z no tiene el horrible aspecto de antes, era evidente que había tomado un baño, ya que su ropa estaba
jar? -pregunta Robert con
e quedó dormida en mi
preguntó Robert m
dolor de cabeza -
ondió Robert, no
más, tranquilo... -dijo Dia
í -respondió Robert interru
ponde Diana co
o me cuestiones -respo
lto un asunto que hace unas cuentas horas lo tenía atormentado, estaba equivocado, pero sabía que si se atreví
spondió Diana
ir a la casa Lennox -dijo Robert i
r, para que el señor Lennox resolviera
metido, típ
esponde la señora Harrison -El
Robert a su mad
n del señor Lennox, para ir a tomar e
lm
e? -pregunta Robert conte
dicho... perdona -respond
ácil hablar con el señor Lennox -con
toine Lennox está en Rowelldon
ieron llegar hace un par de días -
ocionada -¡Mañana podremos verlo!
n paseo en Velkan -dijo James, com
ballos? - se preguntó Rober
ñana, sería mejor que se quedara a de
n, puede intensi
r de cabeza -dijo Robe
ue asista -insistió Diana-. Mamá la vió
quitando la mirada de su plato
ñana estará bien -respo
ir -responde Robe
nificaba que algo grave había hecho Lauren como para que a su madre se portara con tanta indiferenc
su lado, está completamente sola. Las lágrimas comienzan a salir otra vez. No paraba de preguntarse a sí misma, ¿cóm
ado
lla noticia, su madre solo sintió asco. Lauren no había comprendido que ese embarazo, no era solo una salida fácil para romper el compromiso con Ant
Helena. Esta le había ayudado a escapar de casa para verse con el joven que había conocido. Razó
n tranquilidad. Cuando todos terminar
a uno con sus res
tarde de lo que estaban haciendo sus hijos. Robert se la pasó pensando toda la
e frente a la familia como si nada hubiera sucedido. Su hermana no solía llorar de esa forma y su madre rara vez se molesta tanto con alguna de ellas. Se en