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La dicha del desprecio (una segunda oportunidad)

La dicha del desprecio (una segunda oportunidad)

Autor: sitka
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Capítulo 1 Inicio

Palavras: 5119    |    Lançado em: 06/03/2024

El corset que debía usar no le gustaba en absoluto, pero sabía que su hermano se

mo se comprimía todo su abdomen, recordándole que includo su respiración era limitada por las exigencias de Robert. Al terminar de colocarse el corset, la sirvienta le ayudó con su vestido para terminar de prepararse. Mi

mente abandonado. Robert había vendido cada uno de ellos, por el contrario de su padre y Dianna, él no sentía ni el más mínimo aprecio por aquellos animales. Tomando

, le dio como obsequio su pequeña

establos abandonados. Aún desolados traían a su mente los miles de momentos que vivió junto a su padre. Desde que muy pequeña, él le enseñó a cabalgar, pero aquellas clases no se limitaban a la mane

e formaba un vínculo, de modo que se de

l caballo comunicarse con su jinete y viceversa. Su padre le decía que el caballo era quien marcaba el ritmo del gal

o jamás había tenido uno que fuera completamente suyo, hasta su cumple

orita le causaba un gran entusiasmo. En aquella ocasión el señor harrison no pudo esperar a que su pequeña niña se preparara, justo después de despertarla, la cargó en su espalda, dirigiéndose al establo, aunque Diana imaginaba que cabalgarían, no esperaba la gran sorp

las puertas del corral. Diana no quiso esperar, lo montó inmediatamente, y con cada paso que daba en dirección al caballo la confianza entre ambos crecía. Con el paso del tiempo y con la guía de su padre, ella logró formar aquel vínculo que tanto anheló tener, Pepper, no solo era un caballo. Ambos se entendía perfectamente, no era nec

juntos cabalgando por todo Farenhall, que en aquel momento era su hogar y aunque de aquella bella época

alir de sus recuerdos. La puerta se abri

su hermana, Lauren, e

ti para ir juntas al

muy afortunada-

? -preguntó Lauren, levantando li

con frialdad, mientr

Diana y puso la m

? -pregu

, estoy bien -dijo Dian

a no muy convencid

ar esperándonos -dijo Diana tratand

zó con el suyo, para obligarla a camina

no deseaba tener

ermanos ya estaban sentados en la mesa

nquilidad en el ambiente, se notó la

jará a comer? -

uy cansado -d

¿De qué? -pr

aba, así que no comiencen a interroga

mamá -interv

r, hace una respectiva reverencia y le e

ora Ha

xclamó Diana

iba a hacer -re

arta y comienza a leer. Diana está impac

segura de querer conocer

mos mañana en Rowelldon, nos invita a

dos meses desde la última vez que vió a su amado Thomas, la ause

los Lennox? -preguntó Laur

es que el señor, Antoine Lennox, no a

? -preguntó La

ntoine? -preguntó Fran

Harrison disgustada. -Debes

Frances resignada

bencia -Le respond

muy agradable

con él! -exclamó

me! -contrarresta Frances.

usta ¿verdad? -interviene Dia

que me gusta! -

a, no puede creer lo que

es muy divertido -aprovechó James, el h

os lo aman... -dijo

l, no como tú -le recrimina su madre -. La mancha en

oco de sentido común, le incomod

erá tu esposo y le debe

e simplemente sería de ese modo, le gusta

nvivieron con Antoine? -pre

nos invitó a Kellynham el hogar del

ustedes? -pregunt

z tuviera que viajar hasta allá, como sabes para obert las clases par

n no nos dijiste que irían al

preguntó Odette -Hasta donde te

importa -dijo

de visitar a los Lennox. El contenido de la carta explicaba que llegaría un

e su padre, ella le guardaba un gran afecto, pero lo que realmente le entu

tre los muchos libros que no le despertaban interés, encontró uno de poesía, este contenía varios de los sonetos que Thom

o por lo que sus hijos también lo eran, de modo que los emparejaron tomando en cuenta la edad, cada hombre se casaría con la mujer que más se acercara a su edad. Antoine, era el mayor de todos, así que se casaría con la hija mayor del

luego se retiraba, por lo que él y Lauren no solían conversar, se limitaban a saludarse. Por su parte Robert y Charity simplemente se resignaron a acept

prometida, hizo que entre amos naciera un genuino amor. De niños no eran muy cercanos, pero cuando ocurrió la tragedia, Thomas, se portó

mbos, le confesó su más grande sueño, tener una esposa que lo amara con toda el alma, tener hijos con ella y poder formar una hermosa familia. Despertar a su lado, viendo su rostro por la mañana, llevarla de la mano, pr

a en su mente. Cada uno de esos hermosos paseos por los jardines de Rowelldon, devolvían la fe a su corazón, al casarse p

trando a la habitación con los ojos llenos de ojeras, despeinado, desaliñado y sin calzado, ignora la presencia de su h

ración que jamás había visto en su

stás bien? -p

hermano con firmeza,

yudarte...

, la saca de la habitación y cierras las puertas. Diana conocía el desprecio que su hermano le tenía. No era la primera vez que le hacía algo como eso, ya varia

ido, decide bajar al salón

e sus pies no la hagan tropezar, mientras la otra mano sostiene el barandal para darse soporte. Al llegar al final de la esc

clamó Diana

a? -preguntó su madre pr

estaba leyendo y se veía muy mal, jamá

ment

cuestionó su m

rostro, lleno de desesperación, preoc

on insi

, viendo por la ventana, co

le si algo suce

ado, si esa preocupación viene con fu

adre justi

o se veía muy mal, algo a

e mucho tiempo, lo que haya hecho alg

os suceda -dijo su mad

am

mpió su madre -te

ó Diana -¿Cuándo entenderás que pret

eali

o a Robert, pero estaba furiosa por la

ecesitaba decirle lo que pensaba, ya qu

ntar

la que se había dirigido a Odette, pero a pesar de sentir la necesidad

dole vueltas en la cabeza, se lo impedía, así que decidió pasear por el jardín. Su hermana, Lauren, a pesar de ser con

ue no comprendía, siendo estafado por su limitado conocimiento de las inver

a cosa sin importancia, esta vez algo gr

l motivo por el cuál Robert parecía tan

metido algo a alguna mujer?, ¿tendrá

endo los papeles que llevaba en la mano,

. Sus inversiones se han perdido, las pr

artara como dote para sus herma

suenan en

lamó Odette

-contestó Robert, tra

que te sucedió al

ra de él con fuerza. Terminado el berrinche, se levanta de su asiento y se dirige a la puerta, le quita el seguro

a Odette sorprendida p

ados... -dijo

lamó su madre

esponde Robert mientras esc

. No puedes reaccionar con tanta ind

Robert -. Perdí casi todo mi dinero,

os cuat

ue Odette -. Entonces aun queda la d

ah

-confesó Robert -. Y tampoco

e al borde del llanto

era necesario -

e todos! -reclamó Odette con la voz e

o que dejó

ré... -aseg

¿crees poder resolver esto? -pregunt

salían de

á -Aunque esas eran sus intenciones,

asiado dinero el

tte -Siempre haces lo mismo, te mete

ra buscar

ulpa -dijo Robert -. Así qu

osa -¿¡No lo entiendes!?, eres un Har

na

entras se acariciaba la

iguió Odette -. Aún quitándole el su

a gravedad d

an madre... -dijo Robert

? -preguntó su ma

reclamó Robert -. Tu pudiste haber clamado la herencia y hacerte cargo del

rd

finanzas de la familia, pero los niños eran muy pequeños cuando George falleció y creyó que lo mejor era concentrar su atención en ellos, pero ahora se había d

e le exigió las cosas en su hogar de cierto modo, por lo que Odette se encargaba de que cada una de sus exigencias se cumpliera al pie de la letra. Lo atendí

odas las finanzas, mientras ella se encargaba de compensar la ausencia de su marido, sobreprotegien

a de humor para hablar con nadie, tanto era su dolor que había olvi

auren mientras se

s -dijo Odette -.

, por favor -i

? -preguntó O

ión -dijo Lauren mientr

acciones cuando ya no había vuelta atrás, pero aun siendo así, nunca solía estresarse como tal, solo conversaba con el señor Lennox y este interced

n, el cielo ya se había oscurecido por lo que decidió entrar finalmente en la ca

dvert

incumbencia, pero su madre lleva un gra

ue le estaba gritando -le com

iguió Diana -No es

Lauren, tocó dos veces la puerta, abrió y se topó con una horrible escena. Lauren estaba sentada en la cama con la cara escondida entre s

ó? -pregu

a ignora p

no sea así -dijo la señora H

l rostro y la abofeteó con toda su fuerza. Terminada aquella acción salío de la habitación. Diana camina con r

-exigió Diana -¿tie

ntre su llanto, mientra

ndo, ¿Qué sucedió?

o quiero estar sol

o de una hora, Lauren estaba dormida, pero Diana seguía acariciando su cabello castaño oscuro, largo y lacio. Pero verl

completo lo que l

ana. Para ir a conversar con su madre,

era en el comedor,

pondió Dianna, con

n, pero Diana intervino diciéndole que ella descansaba y lo mejor era

z no tiene el horrible aspecto de antes, era evidente que había tomado un baño, ya que su ropa estaba

jar? -pregunta Robert con

e quedó dormida en mi

preguntó Robert m

dolor de cabeza -

ondió Robert, no

más, tranquilo... -dijo Dia

í -respondió Robert interru

ponde Diana co

o me cuestiones -respo

lto un asunto que hace unas cuentas horas lo tenía atormentado, estaba equivocado, pero sabía que si se atreví

spondió Diana

ir a la casa Lennox -dijo Robert i

r, para que el señor Lennox resolviera

metido, típ

esponde la señora Harrison -El

Robert a su mad

n del señor Lennox, para ir a tomar e

lm

e? -pregunta Robert conte

dicho... perdona -respond

ácil hablar con el señor Lennox -con

toine Lennox está en Rowelldon

ieron llegar hace un par de días -

ocionada -¡Mañana podremos verlo!

n paseo en Velkan -dijo James, com

ballos? - se preguntó Rober

ñana, sería mejor que se quedara a de

n, puede intensi

r de cabeza -dijo Robe

ue asista -insistió Diana-. Mamá la vió

quitando la mirada de su plato

ñana estará bien -respo

ir -responde Robe

nificaba que algo grave había hecho Lauren como para que a su madre se portara con tanta indiferenc

su lado, está completamente sola. Las lágrimas comienzan a salir otra vez. No paraba de preguntarse a sí misma, ¿cóm

ado

lla noticia, su madre solo sintió asco. Lauren no había comprendido que ese embarazo, no era solo una salida fácil para romper el compromiso con Ant

Helena. Esta le había ayudado a escapar de casa para verse con el joven que había conocido. Razó

n tranquilidad. Cuando todos terminar

a uno con sus res

tarde de lo que estaban haciendo sus hijos. Robert se la pasó pensando toda la

e frente a la familia como si nada hubiera sucedido. Su hermana no solía llorar de esa forma y su madre rara vez se molesta tanto con alguna de ellas. Se en

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